La leche materna es el alimento más importante para el bebé durante sus primeros meses de vida, ya que proporciona los nutrientes necesarios de fácil absorción y digestión para lograr un crecimiento y desarrollo adecuado. Por tal motivo se hace necesario empezar bien el proceso de lactancia para convertirla en una experiencia placentera; por tanto te recomendamos tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

  1. Es importante que durante las dos primeras horas de vida del bebé puedas lograr amamantarlo.
  2. La higiene de los pechos es un factor importante y determinante; evita usar lociones y cremas, lo más recomendado es que realices la limpieza con el propio calostro o leche inmediatamente después de dar el pecho. Las glándulas de Montgomery producen la lubricación necesaria y lo protegen.
  3. El agarre; debe ser con el máximo de aureola del pecho en la boca de tu bebé y con la nariz pegada al pecho, ombligo con ombligo, bien alineado. Si ves que tu bebé está incómodo, revisa la posición de amamantamiento y corrígelo. Agarrarte el pecho con la mano formando una C te ayudará a encontrar la posición correcta.
  4. La producción de leche depende de la  oferta y la demanda; cuánto más lo coloques en el pecho, mayor será la producción de leche, sin importar tanto el tiempo de succión. Vigila que el bebé no se duerma en el pecho. El pecho no tiene horario, sólo el bebé sabe cuándo y cuánto tiene que mamar. Ofrece siempre los dos pechos: deja que vacíe uno para colocarlo en el otro
  5. Evita utiizar, en la medida de lo posible, chupones y biberones. En el caso de necesitar suplementos, ofréceselos  con jeringa y sigue con el pecho preferiblemete.
  6. Debes terner presente que amamantar por la noche produce una mayor descarga de prolactina y ello hace que tengas más leche. Te recomendamos que no lo dejes de hacer.
  7. No hay que esperar a que el bebé llore y es bueno amamantarlo cuando busque. Algunos de los signos el bebé los manifiesta cerrando los puños, movimientos con la cabeza hacia delante y atrás con los labios en forma de pez y el más evidente, el llanto.
  8. Vigila los signos de no adaptación a la lactancia; identifica qué está pasando para tratar con éxito las incidencias que interfieren en este proceso.